lunes, 17 de noviembre de 2008

Sopas con limón

Coloca con tanto cuidado cada tuerca en su botecito que parece que estuviesen vivas. Los tornillos de punta fina van en el tarro de la tapa blanca, las argollas y las puntillas no van en cualquier lugar. Lento pero preciso. Si no es en uno de los botes de cristal, van en alguna cajita de las de plástico. Sus manos angulosas y pálidas, llenas de experiencia, parecían desenvolverse tan bien entre sus cosas como un químico en su laboratorio.

Manos ancianas pero firmes. Cada oveja con su pareja. Sacaba, uno a uno, cada tarrito hasta encontrar el que buscaba para colocarlo, como siempre, todo en su sitio. Todos los tarros se colocan por tamaño y contenido dentro de latas de galletas, latas de detergente antiguas, cajas de madera. Todo guardado con un cariño abrumador. Cariño para los tornillos, para los relojes de colgar con cadena, mecheros, botellas …todo eso ahora parece de colección, pero solo es lo que queda del cuidado que le tenía a todo. Siguen en la despensa su herramientas y en mi cabeza sus gestos.

Las cosas que cualquiera tiraría por dejadez, brillaban en sus manos como tesoros.

Las bombillas usadas, aunque no inservibles, las envolvía en papel - así no tintinean unas contra otras y se pueden usar cuando hagan falta- . Papel de periódicos usados o papel amarillento reciclado del que había en el almacén del tío Diego - ya no hacen papel como ese - por eso lo guardaba.

Colonia de un bote grande rectangular, con tapón de rosca y una letra como anagrama. A veces mezclo todo, me convierto en alquimista de momentos y olores y regreso a los juegos con mi nancy y el armario de madera que hizo, un triciclo, el campamento safari de los playmovil. Eso era Navidad.

Al salir de un supermercado ayer, en una escalera mecánica, unos pantalones grises de vestir con rebeca grandota me recordaron a él. Sopas hirviendo con gotitas de limón, soplaba de mentirijilla y sorbía cucharadas a temperaturas inaceptables para humanos. El no era humano, era extraordinario, era mi abuelo.

Mi abuelo se llamaba Sebastian, y no conoció Internet ;) Y a mi no me gusta el cordero ni paso nunca el coche de 3.000 revoluciones, como él decía.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por acordarte de ÉL. Te he dicho que te quiero?

L o L i T a dijo...

:) supongo que todos nos acordamos, pero no lo decimos en alto! A ti también te pego lo del limón en la sopa, eh?

Un Bsito ;*

Ramón de Mielina dijo...

El cordero al horno con salsa al ajillo y patatas panadera y ensalada de cardo... NAVIDAD!!!!!!!! Bonito retrato de tu abuelo!!!!!!!!

ALMAGRISS dijo...

Que historia más bonita, cuanto más porque es cierta... entrañable... y me ha encantado el título que le has puesto... después de leerla, simplemente, no pegaba otro..
Besazos

Debster dijo...

Que tierno Gomi y que grandes recuerdos debes tener ;)
Muaks!

María Pilar Bernal Maya dijo...

Ay! Me encanta. Me ha hecho pensar -una vez más, un día más- en mis queridos abuelos. De uno disfruté poco pero está pegado a mi memoria con superglú. El otro lo disfruté mucho más y está presente en más gestos, palabras, miradas, olores y sentimientos de los que a veces puedo soportar sin que me duela la ausencia. Lo extraño muchísimo y más lo quiero.
Uff, me emociono...
Bss
;-)

Anónimo dijo...

De verdad, me encanta como escribes y tu forma de ver las cosas :-)

Un besazo enorme

L o L i T a dijo...

Pero si que estais "tiernicos";) me gusta, me gusta...que vais muchas veces de super rudos y mayores y realmente sois más suaves que bolitas de azúcaaar! Era fácil que saliera algo bonito con este tema! Gracias ;)

Por otro lado, creo que Ramón quiere invitarnos a cenar en navidades y no sabe bien como decirlo :P

Un besazo a tod@s!

Debster dijo...

No teniamos por ahí una cena pendiente en la que tu hacias Gomisushi, Ramón... su caldo de pollo y yo.... Wok... :P

Ramón de Mielina dijo...

¡Ramón cocinero! :-) jajajajaja He de confesar que esta semana he caido en la tentación y me he traido muuuuchos tuppers de casa de mis padres... ¡y lo bien que me está sabiendo no tener que cocinar... y comida de mamá! :-)

Me gusta la expresión "estás como una chota", estoy planteándome hacer una lista de expresiones, maduraré la idea... De momento sigo con la de palabras... :-)

Charlie dijo...

El mismo cuidado que has puesto tú en colocar palabras, ordenar recuerdos, limpiar sentimientos y sacarle brillo a juegos reciclados.

Bravísimo. :)

Olivia dijo...

Que bonito recuerdo tienes de tu abuelo. Yo a penas los llegué a conocer. Solo me queda la madre de mi madre, pero la tengo muy lejos. Aunque lo de guardar cosa si que me suena. Mi abuela también es muy delicada. De ella recuerdo los vasos de leche con avena...bien calientito, y la dulzura con que los sirve y te observa cómo lo disfrutas.

Un beso guapa.