Ya no sé si fui YO la que descubrí lo adictivo de ÉL o me sedujo deliberadamente, como otras tantas veces había disfrutado haciéndolo. El interés estaba servido cuando nos deleitamos con los días, las horas, los minutos y las casualidades, sin prisas, con la certeza de que era inevitable que ocurriese algo así. - No dejaré que me quieras, no te querré como quieres -. La típica bobada bucólica del mar que se estrella contra las rocas irremediablemente... Todo este enigma de la naturaleza encuentra la más lógica de las explicaciones científicas en su forma de tocarme, nada de mareas lunares, ni fuerza de atracción gravitacional, ni teorías del deshielo polar, son sus manos. Pervertidas, dulcísmas. Puedo dibujarlas en papel transparente. - Dejaré que me quieras, te querré como nunca -. Odio los días de tempestades, destroza mi calma. Amo sus palabras, lo que calla, lo que nunca tendré y sabe salvar con un beso. A veces me canso de jugar con fuego, a veces ardo al escuchar su voz.
Para estos estados de ánimo ;)
In the Mood for Love, de Kar-wai.
guy and allen funeral home gary indiana
Hace 2 años