miércoles, 25 de febrero de 2009

El tendedero encriptado

Curioso caso, el del tendedero encriptado. Desde que me paso las horas luchando por escapar de montañas atroces de apuntes de master y avalanchas inevitables de trabajo, mi mente ha dejado claro que quiere más intriga y emoción. Quizás la culpa sea de un libro, uno que entro en mi cuarto sin que nadie le invitase directamente.

Yo quería un título ingenioso, uno que alguien me dijo que tal, que iba sobre no se qué…pero resultó que era el segundo de una trilogía. Así, que no me quedo más remedio que adoptar el primogénito de la saga. Ahora sospecho de todas las cosas. Mmmm… nada ocurre por casualidad, posiblemente todo lo que sucede alrededor este conectado e incluso me atrevería a decir minuciosamente planeado. Dejamos información y datos personales con cualquier interacción social rutinaria, ser espía o investigador es un crucigrama a tamaño real de lo más interesante.

Nunca han intentado matarme, bueno de risa en ciertas ocasiones, ni he pensado en matar… a besos a algún individuo quizás, a mi minisobrina tras un un comentario de los de lengua de trapo... y ahora me sorprendo pensando que maneras serían las más eficaces e impunes de hacerlo, mientras cruzo un paso de cebra.

En el tendedero de mi azotea alguien ha dejado constancia de que una familia en concreto, no tiene secadora, pero si dos críos pequeños a los que visten igual. Un hombre monocromatico en azul marino y una mujer que esconde su ropa interior, bastante aburrida, entre dos cuerdas de toallas. Si Lisbeth Salander tuviera que hacer un informe basándose en el estudio de mi colada de primeras barajaría la posibilidad de que me faltase una pierna… mi lavadora disfruta comiéndose siempre un calcetín de cada par.

martes, 3 de febrero de 2009

Moni Money Monopoly

Nadie se plantea determinadas premisas de su vida hasta que un cubo de agua fría helada y cortante te cae encima para animarte - Mon, creo que cuando termines lo que tienes en marcha te despediré, ya sabes… la crisis.

Todo el mundo es consciente de que los trabajos se pierden o se encuentran, pero NO cuando tu horario efectivo supera con creces el contractual y ni por asomo ocurre lo mismo con el sueldo. El insomnio laboral a veces envenena de tal manera que te hace creerte parte, extremidad o apéndice de la Madre Empresa, o incluso en gracia o bajo el manto protector de su Creador. El cubo de agua fría acababa de tomar forma, la del engreído y despreocupado de su jefe.

Siempre había considerado un guiño del azar haber encontrado aquel trabajo, en esa pequeña ciudad, en una aún más pequeña empresa de arquitectura dedicada a las reformas y restauraciones que, hasta hace poco, no se dejaba llevar por los vaivenes y necesidades del sector inmobiliario, sino por el espíritu inquieto y emprendedor de un living la vida loca con fortuna y dinero de sobra para jugar al monopoly a tamaño real. 4 casas, 5 coches y no se cuantos activos en bolsa. Pero era ella a la que había decidido sacrificar por "esto de la crisis". El sacrificio popular tendría lugar en 15 días y cómo además no había acritud ninguna en la decisión de la empresa, ni lugar para el drama, había que tomarse hasta una cerveza.

De la noche a la mañana Mon no sabía si reír o llorar, le habría encantado retroceder en el tiempo un par de meses y haber considerado, con los ojos de los que ahora era dueña, aquellas ofertas de trabajo que rechazo por la pereza de cambiar, arriesgar, del qué será. Pero, ¡qué coño! Cuántas veces había jurado, ante sus amigas y una botella de lo que fuera dejar, esa MIERDA de trabajo, con esa MIERDA de horario y esa MIERDA de existencia reducida a fines de semana. Pero claro, ahora era el trabajo quien la dejaba a ella y le arrebataba el gustazo de ser ella la osada y aventurera.

Osada y aventurera, pensemos. Todo un fin de semana de reclusión voluntaria y omisiones evidentes de llamadas de teléfono o cualquier tipo de interacción social dieron su fruto. Total, hay un universo de descubrimientos y osadeces que hacer en cuanto a planes caseros para futuros parados se refiere. La programación de la tele en sábado noche (desconocida por Ley para ella, no recuerdo el artículo) se volvió de lo más didáctica. Por ejemplo, el documental de Callejeros de "incremento de vagabundos tras la crisis" no merecía caer en saco roto.

Importante recordar, que el cartón seco aisla del frío mucho más de lo que se piensa, uno de los mejores lugares para los que viven en la calle son los aeropuertos. Barajas, por ejemplo, es el paraíso. Manadas de gente con prisa, asientos, techo y calefacción. Y esa maravillosa ley anti-líquidos que hace arrojar verdaderos tesoros a la basura, Actimels, zumos, cremas anticelulíticas

Otra opción nada desechable la había llevado a escuchar su reloj biológico - tictac tictac - hasta agosto no cumplía los 27 y que mejor que entrar al ejercito a servir a la Patria. Si había diseñado Restaurantes Lounge SuperChill en una estación de esquí qué supondría un austero cuartelillo en Sarajevo.

La simple idea de pensar en todo esto la hizo darse cuenta de lo bien que le venia aquella putada. Hoy era lunes, entre semana, días de los que de normal no existían y ella estaba llorando de la risa divagando sobre sus catastróficas paranoias y desdichas a las tantas de la noche con una amiga.

A lo mejor no le gustaba lo que estaba pasando, pero hacia tiempo que esperaba que PASASE ALGO.