jueves, 24 de julio de 2008

Ni contigo ni sin tí

Hoy me he despertado de un salto (no mortal, pero sí inusual), y eso que he descubierto que mi despertador esta sin pilas...o eso, o se ha convertido en un aparatito autómata que decide cuando anda y cuando no (tic-tac). Creo que este chute extrañísimo de vitalidad matutina, teniendo en cuenta mi naturaleza genética de marmota y la estupenda visita nocturna de anoche al reino de las caipirinhas, se debe, básicamente, a que a partir de las 2 de la tarde:

ESTOY OFICIALMENTE DE VACACIONES

Siento decepcionaros y no hacer apología de lo afortunadísima que soy, ni hacerme la odiosa dando envidia con las delicias que me esperan y regodearme en mi "ya casi y futuro" perfecto bronceado! Por no mencionar, no mencionaré siquiera mi viaje Willy Fogiano around Spain ni al mejor de los compañeros de aventura.

Toda esta actitud reacia al recochineo ;) se debe, en gran medida, a que he sobrevivido, contra todo pronóstico, a junio y parte de julio en Sevilla, a los 49º, me siento orgullosa de esa capacidad desarrollada de no deshidratación, las técnicas aprendidas de lagarto sin movimiento a la sombra para optimizar el consumo de aire...y por qué no decirlo...me ha encantado disfrutar de todas y cada una de las noches, las escapadas, de todas y cada una de las terrazas, los planes y todas y cada una de mis amigas.

Paso a mejor vida ;) pero os echare de menos!

domingo, 13 de julio de 2008

Placeres

No puedo dejar de encontrarlos curiosos, me miro los pies descalzos sobre la toalla y me sonrío al pensar que feos y a la vez que graciosos son. Al mirarlos, exigen protagonismo y es inevitable tintinear los deditos de manera compulsiva. Me gustan las feuras que al observarlas y pensarlas se vuelven peculiarmente bonitas. Me pasa con las cosas, con las personas, con los sabores...las rarezas siempre tienen su encanto.

Inconscientemente, examino de forma minuciosa esos pequeños y rechonchitos minidedos. Pueden pasar desapercibidos la gran mayoría del año, pero llega el verano y ahí están, paliduchos, hinchados como un bizcocho recien sacado del molde, asombrados de su status de 0 presión zapatil y las mil texturas y superficies que hay por explorar. Pasada la frontera de la toalla, es aconsejable hundirlos en la fina arena, dejar que los diminutos y cálidos granos de arena discurran por los recovecos y surcos de la piel. Una y otra vez.

Tres metros más hacia delante, sorteando dos cubos, tres niños y un rastrillo, la arena empieza a estar húmeda y me entretengo comprobando como cede ésta con el peso de mi cuerpo. Las huellas dejan entrar el agua que empapa la orilla y hacen por dibujar tus pasos y perseguirte hasta que una ola de espuma te guarda el secreto de que estuviste allí.

La brisa en la cara, el olor a mar, el pelo suelto cosquilleandome la espalda, el alboroto del rompeolas erizando mis rodillas...

[MIERDA!Las gafas de sol en la cabeza!...retrocede, colócate el bikini que se te ha metido por el culo con tanta pose idílica, sortea de nuevo los dos cubos, ahora son tres niños y un padre intentando aniquilarte con una pelota y unas palas de playa...¡me cago en la PUTA!, el rastrillo me acaba de amputar uno de los dedos rechonchos con su correspondiente uñita maravillosamente abrillantada, con todo y eso, consigo posicionarme de nuevo en la posición pre-orgásmica frente al mar...]

...no hay nada como zambullirte en una playa de agua fresca y cristalina, la sensación del mar recorriendote todo el cuerpo, extender los brazos, entreabrir las manos acariciando las corrientes de agua, dejar escapar las burbujas de aire y sentir como te rozan la cara enredándose por las pestañas en su viaje a la superficie...abrir los ojos bajo el mar y ver sólo AZUL.